El presidente - Creepypasta

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Abr 16 La silla
en locura, paranoia y enfermedad mental
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đź“… Publicado 16 de abril de 2018
Escrito por
Tiempo estimado de lectura 7 7 minutos
Nunca he sido supersticioso en absoluto. Desde mis recuerdos, siempre he visto la vida desde un punto de vista práctico. TodavĂa estaba en el presente, amaba mi sentido práctico y mi realismo, era mi parte favorita de mĂ mismo.
Me apasionaba el diseño de interiores y el mobiliario, me gustaba pensar en mĂ mismo como artista. Cuando no estaba en el trabajo, a menudo navegaba por Internet, tenĂa mi propio blog. PubliquĂ© fotos de mi casa y diseño de interiores, y algunas de las obras de arte e interiores que hicieron mis amigos, a menudo colaboramos en proyectos domĂ©sticos, estábamos obsesionados con eso.
Un dĂa fui a mi IKEA local para encontrar inspiraciĂłn para un proyecto de casa. A menudo iba a IKEA para explorar, me gustaba perderme en los interminables pasillos y habitaciones, cada uno con una configuraciĂłn diferente para estimular mi imaginaciĂłn. A menudo me imaginaba cĂłmo se verĂa un mueble en mi casa, incluso si no tuviera mucho dinero, y costarĂa menos hacer uno. EncontrĂ© algo muy extraño la Ăşltima vez que visitĂ© IKEA. No habĂa mucho que ver, era una silla vintage de respaldo alto con un marco de madera y cojines blancos opacos en el asiento y el respaldo. Fue extraño porque IKEA no vendĂa sillas como esa, porque para mĂ tenĂa un gusto más moderno, nunca hice ni comprĂ© algo asĂ. TenĂa curiosidad y decidĂ echar un vistazo más de cerca, habĂa una etiqueta, pero no era especĂfica en absoluto, era roja "La silla". Sin logo, sin marca, sin precio, solo "The Chair".
No sonaba muy cĂłmodo, pero estaba intrigado y decidĂ sentarme de todos modos. fue la silla más cĂłmoda en la que me he sentado. Lentamente me sentĂ moldear la silla, aunque esto era inusual, ya que solo era una pequeña silla de madera con cojines sembrados. PodĂa sentir mi cuerpo cada vez más cansado, no querĂa quedarme dormido en medio de una tienda, asĂ que tratĂ© de levantarme, mi cuerpo no me dejaba. Mis párpados comenzaban a cerrarse, los forcĂ© a abrirse, pero fue inĂştil. PedĂ ayuda, pero nadie respondiĂł. De hecho, nadie pareciĂł notarme en absoluto. Hice otro intento de sacar mi cuerpo cansado de la silla, mis brazos comenzaron a temblar mientras empujaba los reposabrazos en la silla, logrĂ© levantar mi cuerpo a unos centĂmetros del silla, pero mi cansancio mejorĂł, y me estrellĂ© contra la silla, jadeando.
IntentĂ© todo lo que pude para mantenerme despierta, pero mis ojos comenzaron a cerrarse sin siquiera darme cuenta, me sorprendĂ justo a tiempo, mis ojos cerrados por solo un milisegundo, pero cuando abrĂ los ojos de nuevo, vi que las Ăşnicas personas que quedaban eran guardias de seguridad y conserjes, todavĂa no me prestaban atenciĂłn. Me girĂ© para mirar por la ventana, vi la luna y el estacionamiento vacĂo, estaba oscuro, la tienda estaba cerrada.
TratĂ© de levantarme de la silla nuevamente, no podĂa moverme. GritĂ© a toda velocidad, que en este momento no era más que un grito silencioso. El conserje que estaba limpiando el piso a mi lado deberĂa haberme escuchado, pero no sabĂa que estaba allĂ. cuanto más gritaba, más me cansaba. Y podĂa sentir mis ojos cerrarse de nuevo, no podĂa hacer nada.
Esta vez, sentĂ que habĂa pasado más tiempo que un milisegundo, tal vez uno o dos minutos, pero cuando despertĂ©, no fue asĂ No habĂa ninguno. MirĂ© a mi alrededor, todos los muebles habĂan desaparecido, excepto la silla en la que estaba sentado, era solo un gran almacĂ©n vacĂo. MirĂ© por la ventana, la luna, el cielo y el estacionamiento habĂan desaparecido, mi vista era absolutamente negra, parecĂa que las ventanas eran negras. En este punto, no podĂa gritar, apenas podĂa mover la boca. NotĂ© hormigueo en la espalda baja, no habĂa nada que pudiera hacer más que sentarme allĂ con absoluta incomodidad. Ya no querĂa cerrar los ojos.
La incomodidad solo empeorĂł, sentĂ un hormigueo debajo de mis brazos y, a lo largo de mi espalda, sentĂ que me estaba pegando la camisa. mi piel. Mis ojos ya no se cerraron, la incomodidad seguĂa y seguĂa y seguĂa. Hasta que finalmente me duermo.
Me despertĂ© y descubrĂ que todas las luces se habĂan apagado, sentĂ que me estaban observando, que ya no podĂa volver la cabeza. Un escalofrĂo recorriĂł mi columna y todo mi cuerpo. Mi mente era endĂ©mica, no podĂa racionalizarlo, el terror total era lo Ăşnico en mi mente. EscuchĂ© pequeños movimientos juguetones, vi en la oscuridad lo que parecĂa un hombre, parado allĂ y mirándome, ÂżquĂ© estaba pasando?
La Ăşltima vez que me quedĂ© dormido, ni siquiera sabĂa que habĂa perdido el conocimiento, pero cuando despertĂ©, encontrĂ© que la estructura de IKEA se derrumbaba. , las paredes y el piso se habĂan vuelto de color amarillo sucio, habĂa varias grietas y agujeros en el edificio y a travĂ©s de la ventana estaba el sol, aullando a lo que parecĂa ser el triple de lo que emitĂa normalmente, no 39; no habĂa artĂculos en exhibiciĂłn, pero habĂa algunos carros de compras, que fueron volcados y levantaron polvo.
Me sentĂ© en la silla durante lo que parecieron semanas, no habĂa dolor, pero sabĂa que estaba siendo torturado, despuĂ©s de todo, hay todo tipo de tormentos. No podĂa moverme, no podĂa girar la cabeza, estaba completamente paralizado, lo Ăşnico que podĂa sentir eran los escalofrĂos y el aumento de la presiĂłn. QuerĂa dormirme, pero no pude, querĂa levantarme de la silla, pero no pude.
Me sentĂ© allĂ, mi mente latĂa con fuerza pero mi cuerpo estaba completamente quieto, la falta total de movimiento fue suficiente tortura, y en el segundo se volviĂł más incĂłmodo y rĂgido. Finalmente, despuĂ©s de lo que parecieron meses, logrĂ© hacer un leve giro de la cabeza, que se convirtiĂł en temblores. Pude sentir que mi cuerpo se volvĂa más pesado y sentĂ que las patas de madera de la silla temblaban, comenzaron a agrietarse, y despuĂ©s de aproximadamente 3 horas de temblor incontrolable, la silla se rompiĂł.
Mis ojos se cerraron por un momento, y cuando lo abrĂ, descubrĂ que estaba de vuelta en la tienda justo cuando estaba sentado en la silla. Todos me estaban mirando. La silla estaba allĂ, sus 4 pies rotos y el respaldo roto. TodavĂa podrĂa moverme. Y pude ver a un joven empleado irritado acercarse a mĂ.
"Disculpe señor, tendrá que pagar por esto". Me dijo
"O-SĂ, por supuesto", tartamudeĂ©. MirĂ© la etiqueta nuevamente, esta vez era roja "SILLĂ“N LILY FRANCÉS BLANCO FRANCAIS ART NOUVEAU DEL SIGLO XIX, $ 2,250.00"
Fui al mostrador y paguĂ© con mi tarjeta de crĂ©dito, le preguntĂ© si podĂa tirarme la silla, le dije que, como estaba rota, no tenĂa una. ya no es necesario, estuvo de acuerdo.
Salà corriendo de esta tienda y no miré hacia atrás.
AbandonĂ© mi auto, caminĂ©, no querĂa sentarme en absoluto. Hice todo lo posible para entender lo que acababa de experimentar, estaba demasiado vivo para un sueño, pero una vez que rompĂ la silla, fue como si nada No habĂa sucedido. Me encontrĂ© temblando de nuevo y decidĂ parar a tomar un tĂ© de manzanilla para mis nervios. QuerĂa llamar a mis amigos y contarles todo lo que habĂa pasado, pero sabĂa que no me creerĂan. SabĂa sobre la parálisis del sueño, busquĂ© los sĂntomas, coincidĂan con lo que sentĂa durante mi tiempo en la silla. Pero no habĂa nada en Internet que explicara los ojos, ni el paisaje cambia entre las noches.
TenĂa mi auto remolcado, vivĂa relativamente lejos, era un largo paseo hasta mi casa. Estaba empezando a cansarme. Cuando lleguĂ© a mi vecindario, estaba oscuro. QuerĂa creer que no era cierto. QuerĂa racionalizar, pero ya no era posible. EncontrĂ© la casa de mi amigo Simon y decidĂ hacer un recorrido.
Simon me dejĂł quedarme en su casa por la noche, solo le dije que mi auto se habĂa caĂdo en una zanja y que tenĂa que ser remolcado, y que estaba demasiado cansado para caminar más, Simon & # 39; 39 aconsejĂł sentarse, pero me neguĂ©. Simon dijo que tenĂa que correr a la tienda para comprar madera para un proyecto. No querĂa estar solo, pero pensĂ© que estarĂa bien. No me sentĂ© en absoluto. SaquĂ© mi computadora y decidĂ revisar mi blog, no sabĂa quĂ© esperar, pero siempre me gustĂł verlo.
Vi una publicaciĂłn que nunca habĂa hecho antes, era una foto de la silla, ya sabes de quĂ© estoy hablando. HabĂa una leyenda: ¡este sillĂłn francĂ©s antiguo es tan cĂłmodo que nunca querrás levantarte! ¡Te sentirás tan cĂłmodo que perderás la nociĂłn del tiempo!
Me quedĂ© helada. CerrĂ© la tapa de mi laptop y decidĂ acostarme. Estaba arriba en la habitaciĂłn de invitados. TodavĂa estaba bastante paranoico y tenĂa miedo de descansar, pero cada segundo me cansaba más y tal vez descansar un poco me harĂa bien. La habitaciĂłn de invitados no tenĂa cama, todo lo que tenĂa era una silla vintage de respaldo alto con un marco de madera y cojines blancos opacos en el asiento y el respaldo. Estaba demasiado cansado para resistir.
AquĂ es donde estoy ahora, han pasado 3 dĂas, aunque el clima es difĂcil de decir. Simon probablemente pensĂł que me habĂa ido y regresado a casa, ya que ha entrado en mi nueva habitaciĂłn varias veces y no me ha notado una vez. SĂ© que me voy a quedar dormido pronto, me siento cada vez más cansado cada vez que presiono una tecla, pero tuve que transmitir mi mensaje. Nunca sabes lo que puede pasar en la vida, nunca sabes en quĂ© confiar, si te sientas, nunca puedes levantarte.
CRÉDITO: Collicun Redeia
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