Un camino muy solitario - Creepypasta

Abr 12 Un camino muy solitario

El sonido de tos y chisporroteos del motor del automóvil hizo que mi corazón y mi estómago se hundieran. Siempre tuve la mala impresión de conducir algo que tenía veintitrés años. Aunque solo tenía cientos de miles de millas y me había llevado a muchos lugares, todavía me sentía incómodo. Y ahora, mientras miraba detrás del volante el campo oscuro y vacío, supe que mi instinto me decía algo.

Miré a mi derecha para ver a mi amiga Julie mirando la guantera con una leve sonrisa en su rostro.

"Amy, ¿qué fue ese sonido?", Preguntó Julie, en negación.

"Era el jodido motor", le digo. "yo odio ¡este coche! Golpeé mi mano en el volante, tocando accidentalmente la bocina.

"Bueno, echemos un vistazo, entonces", dijo Julie.

"¿Sabes algo sobre motores?" Pregunté Se hizo el silencio. Julie sacó su teléfono celular y comenzó a escribir.

"Todo lo que tengo aquí está" extendido "", dijo. "No tengo barras".

"Intenta llamar a alguien", le dije.

"¿A quién debo llamar?"

"Literalmente cualquiera".

"Oh, sé quién". Julie se desplazó por sus contactos y los hizo clic, luego presionó su teléfono contra su oído.

“¿A quién llamas?”, Pregunté.

"Triple A", dice ella.

Julie tuvo su teléfono pegado a la oreja por un tiempo. La campana continuó y continuó en un bucle eterno.

"Oh, Dios mío", dijo ella.

"¿La línea está ocupada?"
"No creo que la llamada esté pasando".

"Cuelga e inténtalo de nuevo".

Julie colgó y volvió a marcar. Presionó el teléfono contra su oreja. Se esperaba. Nada. Mi corazón latía. No había visto un auto en media hora. Tomé caminos secundarios siempre que fue posible. Odiaba conducir por la autopista. Odiaba el peligro, la furia del camino, su intensidad. Julie y yo íbamos de camino a una fiesta en las montañas. Un tipo preppy que amaba lo arrojó al McMansion de sus padres y nos invitó, probablemente con la esperanza de que Julie se acostara con él. Era un tipo fraternal y yo no era el mayor admirador de él. Pégame como un imbécil.

Julie probó el número Triple A varias veces. Quedó claro que esto no iba a funcionar. Han pasado quince minutos más y todavía no hemos visto un automóvil.

"Llame al 9-1-1", le dije.

Julie marcó de inmediato los tres dígitos. Ella presionó el teléfono contra su oído. Sonó una vez y alguien contestó. Nuestras caras se iluminaron.

"Nueve para uno", dijo el operador, "¿cuál es su emergencia?"

"¡Hola!", Dijo Julie. "Mi amigo y yo nos derrumbamos y nos quedamos atrapados.

"¿Hola? ¿Hay alguien ahí?"

"Hola, sí, estoy aquí. Mi amigo y yo estamos ...

"¿Hola? ¿Hay alguien?"

Mi corazón se hundió.

"¿Si Hola?"

Julie continuó por un rato. Han pasado cinco minutos y el operador aún no podía escuchar. Julie colgó y volvió a llamar, pero sucedió lo mismo.

"¡Maldita sea, estamos atrapados!", Dijo Julie, que se acercaba a un estado de pánico, pero aún no estaba completamente allí.

"Va a estar bien", dije, tratando de mantener la calma. "No es como si estuviéramos en una isla desierta, o algo así".

Ignorando mis palabras, Julie abrió la puerta del auto y salió y comenzó a soplar y soplar salvajemente. Se puso las manos alrededor de la boca y gritó a todo pulmón.

"¡Ayúdame! ¡Alguien nos está ayudando!"

"¡Julie!", Dije mientras salía del auto. "Julie, cálmate". Me acerqué a ella y le acaricié los hombros. Su respiración se hizo más temblorosa y menos profunda. Me preocupaba que ella pudiera tener un ataque de pánico.

"Cálmate, Julie. Cálmese. Es bueno Probablemente tengan nuestra ubicación. Ellos estarán aquí Pueden rastrear nuestra ubicación. Estarán ahi. "

"No lo sabes, Amy". Su voz estaba llena de sollozos y lágrimas corrían por sus mejillas.

Salí al frío aire invernal, salté del capó y miré el motor en vano. Realmente no sabía si estaba buscando algo o si solo estaba tratando de calmar a Julie. Agité la linterna en mi teléfono que iluminaba las diversas partes complicadas del automóvil. Algo estaba goteando que podía ver.

Mi párpado derecho flotó cuando mi dispositivo fue golpeado por un rayo de luz. Me di vuelta para ver luces altas cegadoras que venían hacia nosotros. Eran tan brillantes que ni siquiera podía ver el vehículo al que pertenecían.

Julie inmediatamente se levantó del asiento del pasajero y saltó en el medio del camino y saltó arriba y abajo como un conejo. Agitó los brazos y gritó "¡Hola! ¡Hey! ¡Por aquí! "Repetidamente.

El vehículo, un Cadillac Escalade blanco como el hielo con vidrios polarizados mucho más allá del rango permitido, se detuvo en medio de la carretera. No pudimos ver el interior. El cadillac se quedó sentado un rato. Julie colocó sus manos justo por encima de sus rodillas mientras resoplaba y resoplaba, y estaba casi segura de haberla oído murmurar "Gracias a Dios" en su respiración.

Pasó otro momento, luego se abrió la puerta del lado del conductor. La luz interior del automóvil se encendió y reveló a tres muchachos de nuestra edad. Mientras escudriñaba, me di cuenta de que los reconocía de la escuela.

El conductor era Keaton, chico de fraternidad. Julie lo había amado en un momento. Esta noche llevaba un forro polar azul y pantalones cortos rechonchos (incluso si hacía frío afuera) y grandes calcetines blancos. Era un tipo delgado y de muy buen gusto con una mandíbula pronunciada que lo hacía parecer una estrella de cine. Llevaba constantemente la gorra de un buen viejo mirando hacia atrás, tan a menudo que parecía ser parte de su cabeza. De hecho, no sabía si alguna vez lo había visto sin él. Era un tipo arrogante y siempre tenía una multitud de expresiones faciales animadas y casuales a su disposición, impecables con un resplandor de sus fosas nasales, que parecían contener uvas.

La escopeta era Billy. Era bajo y se extendía a horcajadas entre el peso gordito y el peso normal. Tenía mechones rubios y una de esas caras de niño, pero un niño como el tipo que arroja bombas de cereza en el inodoro porque quiere ver qué está pasando.

En la parte de atrás estaba Peter y llevaba una chaqueta y pantalones de color caqui. Me tomó un segundo recordar su nombre. Todavía parecía un ciervo a la luz de los faros y solía quedarse solo. Solo sus amigos lo conocían y a menudo los usaba como saco de boxeo verbal.

Keaton se puso de pie en el auto y se inclinó con los brazos apoyados en la puerta del conductor. El nos miro.

"Yooooo" Dijo, masticando el chicle desagradablemente. "¿Es Julie?"

"Sí", dijo Julie, un sollozo reprimido casi escapando de su risa. Ahora se estaba calmando, sonriendo a través de sus ojos vidriosos.

"¿Qué pasó?", Preguntó Keaton. "¿Ustedes hacen un departamento?"

"El auto se descompuso", le digo. "Yo no sé por qué."

"Bueno, eso apesta", dijo Keaton asintiendo. Estaba masticando más rápido ahora.

"¿Estás en camino hacia la furia?", Preguntó Billy.

"Sí", dijo Julie. "Lo estábamos, hasta que sucedió esta ... estúpida mierda". Se comportaba tímida y seductora ahora.

"Teníamos mucho espacio", dijo Keaton. "Puedes dar un paseo con nosotros".

"¿De verdad?", Preguntó Julie.

"Yuh."

"Dulce. Demonios, sí".

Odiaba lo bien que actuaba contra estos preparativos. Ella no era una chica fiestera y lo sabía. Yo tampoco, pero lo poseía.

Julie y yo saltamos al asiento trasero y Billy le dijo a Peter que se sentara al frente. Billy nos acompañó y me hizo sentir incómodo. Como si pensara que iba a marcar con nosotros.

"Me alegra que podamos ser tus caballeros con una armadura brillante", dijo Keaton.

"Yo también", respondió Julie. "¿Estás listo para follarte en esta fiesta?"

"Maldición, sí. He estado esperando esto toda la semana. ¿No has visto su casa antes?"

"No"

"Bueno, es genial. Estoy tratando de volar una habitación en el tercer piso".

Keaton rebuscó en los portavasos de su puerta por un momento.

"Deja que brille una luz", murmuró Keaton a Peter.

"Está bien", respondió Peter. Encendió la luz de su teléfono, explotó la guantera y rebuscó en el interior. Al hacerlo, algo en la guantera cayó al suelo y golpeó las manijas de ajuste debajo del asiento. Peter maldijo y se inclinó para buscarlo.

"¿Qué pasa?", Preguntó Keaton.

"Uh ... esa herramienta múltiple que guardas", dijo Peter. "Creo que pasó debajo del asiento, no puedo encontrarlo ..."

"Amigo, olvida la maldita multiherramienta. Solo toma la botella".

Peter abandonó su búsqueda y continuó hurgando.

"Izquierda", dijo Keaton, luego lo repitió con un poco más de fuerza. Peter agarró un pequeño vial y cerró la guantera. Keaton se lo quitó de las manos, saltó de la gorra y tomó un gran sorbo. Luego me lo entregó.

"¿Todos lo quieren?"

"Sí, totalmente", dijo Julie, arrebatándola. Tan malPensé Julie tomó un pequeño sorbo y tosió. Keaton se rió entre dientes y sacudió la cabeza. Julie me pasó la botella e inmediatamente se la di a Billy, que parecía sorprendido.

"¿No lo quieres?", Preguntó.

"No, estoy bien", le dije.

"Vamos, toma un poco".

"Estoy bien."

Billy se encogió de hombros y tomó un sorbo profundo. Mientras lo hacía, sentí una sensación de cosquilleo en la pierna derecha que al principio pensé que no era nada. Luego lo sentí de nuevo y miré hacia abajo para ver las yemas de los dedos de Billy frotando el costado de mi pierna regularmente. Lo hizo bebiendo del vial, como si no mirarlo lo hiciera menos obvio. Lo ignoré por un segundo, pero persistió incluso después de pasarle la botella a Peter.

Abrí casualmente sus dedos mientras fingía picarme la pierna, pero eso no lo detuvo. Él solo cruzó mi pierna y encontró un nuevo lugar. Y esta vez su caricia fue más deliberada.

"¿Puedes por favor detener esto?", Dije.

Todo el auto quedó en silencio. Billy retiró la mano y me miró con una cara confundida. Keaton y Peter giraron sus cuellos y me miraron. Julie también estaba mirando.

"¿Detener qué?", ​​Preguntó Keaton. "¿Con quién estás hablando?"

"Estoy ..." mi voz se desvaneció. Miré a Billy y respiré hondo. "Yo te hablo."

"¿Qué haría yo?" Billy preguntó estúpidamente.

"Estabas ... haciéndome cosquillas en la pierna". Usé la palabra cosquilleo parecer menos adversario Después de todo, siempre quise salir de aquí.

"¿Lo estaba?", Preguntó Billy.

"Sí".

"Yo ... no lo creo ..." Billy hizo una pausa y luego se rió, sonriendo a Keaton y Peter con un wtf Míralo a la cara.

"¿Está bien?", Continuó Billy. "J & # 39; parada ...cosquilleo tu pierna ".

"Está bien, gracias".

Billy sacudió la cabeza y sollozó con una risa confusa. Keaton lo miró con una sonrisa maliciosa.

"¿Qué es tan gracioso?" Pregunté

"Nada", dijo Billy, todavía burlándose. "Nada, no quise hacerte cosquillas en la pierna".

"¿Yo no quería?"

"Hola, vamos", dijo Julie.

"Aparté tu mano", continué, "y volviste y me tocaste".

Billy se burló en voz alta y sacudió la cabeza, frunciendo el ceño y encogiéndose de hombros como alguien que es culpable y lo sabe. Keaton seguía burlándose y mirándonos atentamente, aparentemente divertido por la situación cada vez más grave. Él se rió y felizmente golpeó la rodilla de Billy.

"Tu perro sucio", dijo Keaton. "Contrólate".

"No he hecho nada", se rió Billy. "Soy serio."

"No importa", dije. "Olvídalo. Está bien".

"Ahora espera", dijo Keaton. "Aguanta." Hizo una pausa para hacer estallar una burbuja. La burbuja estalló y lamió el exceso de goma de sus labios.

"Si todos vamos a viajar juntos en el auto", continuó, "no podemos ser torpes y asquerosos. Quiero decir, será una especie de ... ¿cómo lo llamas?"

"¿Un elefante en la habitación?" Murmuró Peter. Ahora estaba sentado, su cabeza inclinada hacia adelante y mirando su entrepierna.

"Sí!" Dijo Keaton chasqueando los dedos. "Un elefante en la habitación. Gracias Peter Sí, no podemos sentarnos aquí con calma e incomodidad. ¿Tú sabes? Como, solo tenemos que ser rectos el uno con el otro. Resolución de conflictos, ¿sabes? "

Miré a Julie y ella me miró confundida. Mal mientras estaba actuando alrededor de este chico, incluso ella tuvo que admitir que se estaba volviendo extraño.

"Mira", dije, "estoy bien. Olvídalo".

"Bueno, parece que no lo has olvidado", dijo Keaton. "¿Lonchera? ¿Te has olvidado?"

Billy se quedó quieto por un momento y luego sacudió la cabeza. no. Keaton me miró y se encogió de hombros neutral.

"Será una unidad incómoda si no lo resolvemos, ¿sabes?", Dijo Keaton.

"Bueno, ¿cómo podemos resolver esto, entonces?" Pregunté, perdiendo la paciencia.

"No sé, solo soy el mediador".

Observé a Keaton con incredulidad por un momento, antes de pronunciar un disgusto. uf ruido y sacudiendo la cabeza. Keaton resopló y de repente se impacientó.

"No vamos a ninguna parte, así", dijo. Parecía un maestro decepcionado.

"¿Qué quieres que diga?", Le pregunté. Le mostré a Billy. "No debería Él ser quien resuelve el conflicto? Tal vez debería disculparse, o algo así. "

"¿Lo sientes?", Dijo Billy. "¿Para qué? No hice nada".

"Bueno, entonces vamos a dar vueltas en círculos, entonces", dije. "Olvídalo. ¿Puedes por favor conducir?"

Keaton me miró por un momento con una expresión de sorpresa en su rostro. "Bueno, hay un comienzo. Ahora vamos a alguna parte "

"¿Qué?" Pregunté

"Dijiste" por favor ". Ahora Estamos en camino a la resolución de conflictos. "

Miré a Keaton con una expresión de sorpresa en mi rostro. No podía creer lo lejos que había llevado esto. Miré a Julie. Miró torpemente por la ventana, probablemente esperando que la situación empeorara. Pero no parecía que Keaton lo dejara hacerlo. Keaton arrancó la botella de la mano de Peter y tomó un gran sorbo, luego dejó un satisfecho ahh cuando terminó.

"Está bien", dijo Keaton. "Comencemos por el principio. Amy ... sentiste la mano de Billy haciéndole cosquillas en la pierna, ¿verdad?"

"Está bien", suspiré, irritado.

"E insistes en que lo haga a propósito, ¿verdad?"

"Yo ... supongo. No sé."

"¿Sí o no?"

"No lo sé. Claro".

"Sí. Está bien. Pero Billy ... dice que no lo hizo a propósito. ¿No es cierto, Billy?

Billy asintió con la cabeza.

"Entonces ..." Keaton continuó. Él explotó otra burbuja. "... ¿Llamas mentiroso a Billy?"

"Oh, Dios mío", le dije. Estaba harto. Pasé junto a Julie, abrí la puerta y salí del auto.

Al mismo tiempo, Keaton abrió rápidamente su puerta y se fue. Traté de evitarlo, pero se me adelantó. Me tocó el hombro suavemente. Extendí el brazo y levanté las manos.

"Oye, oye, oye ..." dijo en voz baja.

"No me toques", le dije. "No me toques. Sal de mi camino".

"Oye, cálmate, cálmate". Solo estamos hablando "

"No, no lo somos".

"Sí lo somos".

"No, no. Sal de mi camino". Mi nivel de ira estaba llegando al umbral máximo. En este punto, Keaton era como un niño malcriado que solo querías tropezar o atropellar, accidentalmente a propósito. Siempre tuvo una sonrisa sarcástica en su rostro que lo hizo parecer un ladrón sombrío o un político mentiroso. Esas estúpidas fosas nasales se dilataron y su odiosa masticación sonó en mis oídos como agitando alas de mosquito. puño.

"Solo ... escúchame, Amy", dijo con una sonrisa. "Todo está frío, vamos a calmarnos. Vuelve al auto y podremos ...

Solté un gruñido furioso cuando mi puño se adelantó y se clavó en la boca de Keaton. Su cabeza golpeó hacia atrás mientras dejaba salir un fuerte. Fuera de la oficina! Dio un paso atrás y se agarró el labio. Escuché a Billy decir "¡Oh, mierda!" Desde el auto.

Pasé junto a Keaton en un suspiro y me acerqué a mi auto. Pensé que al menos podría refugiarme dentro, cerrarlo si era necesario. Caminé por el asfalto con grandes zancadas. Pensé en Julie y en cómo debería acompañarme en el auto. Esta situación se estaba volviendo peligrosa. Pero tuve que concentrarme en llegar allí yo mismo. Entonces podría saludarla, animarla a tomar la decisión correcta. Esperaba que estos chicos solo estuvieran hablando, tal vez teniendo una mala noche.

De repente sentí una sacudida de dolor agudo en mi pierna cuando mi rodilla se dobló. El pie de Keaton había golpeado la parte posterior de mi rodilla. Caí sobre una rodilla y antes de que pudiera levantarme, sentí el brazo de Keaton deslizarse alrededor de mi garganta mientras me apretaba la litera. Me arrastró hacia atrás mientras yo tosía y amordazaba. Podía escuchar a Julie gritar y ladrar al cadillac.

"¿Hablas realmente en serio ahora?" Gritó Keaton en mi oído. Sentí pequeñas gotas de su saliva golpear mi lóbulo de la oreja.

No había respirado por al menos diez segundos, ahora. Sentí mi pulso latir en mi garganta, acelerando rápidamente al segundo más cercano. Me lloraron los ojos, lo que hizo que mi visión se volviera borrosa. Keaton me arrastró hasta el cadillac y me arrojó a un lado, justo debajo del tanque de gasolina. Desde allí, pude ver a Julie pateando y gritando en el auto mientras Billy lo debatía. Ella no tenía ninguna posibilidad. Billy era fornido y jugaba al fútbol y lo sostenía en un puñado de miras, con los brazos apretados alrededor de su abdomen, justo debajo de su pecho.

Jadeé como un perro mientras respiraba profundamente el aire frío y apretaba mi garganta palpitante. Miré a Keaton, que ahora parecía un fantasma malicioso a la pálida luz de la luna, nubes de su aliento frío saliendo de su boca y fosas nasales. Hizo un gesto impaciente a Peter.

"Peter, ¿puedes ayudarme aquí?"

Peter salió del auto y se acercó a Keaton como un niño obediente. Parecía muy nervioso y tenía ojos de cachorro permanentes que decían digas lo que digas, no me lastimes. Keaton contuvo el aliento y me señaló.

"Ayúdame con eso", dijo. Él y Peter se inclinaron y cada uno me agarró por las axilas.

Golpeé y pateé. Keaton y Peter se alejaron. Keaton dio un paso adelante y apoyó bruscamente su pie contra mi hombro y me obligó a ir contra el auto.

"Basta", dijo, hablando como un padre a su hijo de 3 años. "Detente ahora. Es ridículo. Estás fuera de control".

Escupí un aire de desafío a Keaton. La saliva expulsada aterrizó en algún lugar de su vellón. Lo miró con disgusto, puso los ojos en blanco y sacudió la cabeza.

"Está sucio. ¿No se supone que eres una mujer?", Keaton se rió entre dientes y continuó con "Oh, espera. ¿Cómo te identificas? ¿Te identificas como un bote de basura blanco?" # 39; s cómo actúas ahora ". Se puso de pie y se burló de mí por un momento. Pensé que trataría de patearle la rodilla, pero estaba casi seguro de que lo extrañaría, y eso lo molestaría aún más.

"Está bien, escucha", dice.

"Jódete", le respondí.

"¡No hables! ¡Escucha!", Gritó con un repentino vigor que sorprendió a Peter. Se detuvo por un momento para encontrar sus palabras y masticar su borrador. "Tengo un cuchillo de supervivencia en mi bolsillo trasero. Si vuelves a patear así, hay una posibilidad muy seria de que te lastimes. ¿Entiendes? "

Permanecí en silencio y eso lo irritó.

"Dime que entiendes lo que dije", insistió.

Asentí

"Entonces dilo".

"Entiendo."

"! Impresionante" El estado de ánimo de Keaton cambió como un interruptor, y volvió a sonreír y mareado. Él y Peter se inclinaron y me agarraron por las axilas, y esta vez no peleé. Me levantaron y me empujaron hacia el asiento trasero, donde Julie ahora estaba casi inmóvil, pero tembló cuando Billy la abrazó con fuerza y ​​se llevó la mano a la boca. Sus ojos se encontraron con los míos y la mirada que compartimos fue aterradora.

Me recosté en el asiento trasero, lleno de gente e incómodo. Mis pies estaban frente a Keaton y Peter, que todavía estaban parados frente al auto. Tenía un disparo directo en la cara de Keaton, y sabía que si lo tomaba, podría romper su mandíbula y probablemente noquearlo. Pero no lo tomé. Si fallaba, podría no tener otra oportunidad. Tuve que esperar mi tiempo.

Keaton me miró con sarcástica decepción. "¿Fue realmente necesario este golpe en la cara?" Hmm? Todo lo que quería era hablar. ¿Así te criaron tus padres?

Silencio.

"Toma el volante, Peter", dijo Keaton. "Quiero enojarme y no quiero golpear un árbol de mierda, o algo así".

Peter asintió obedientemente y saltó al asiento del conductor. Keaton rodeó el auto y se sentó en el asiento del pasajero.

"Vamos a recoger los teléfonos", dijo Keaton.

Billy rebuscó en mi bolsillo y tomó mi teléfono celular. Hizo lo mismo con Julie. Se los entregó a Keaton, y Keaton los escondió en la guantera.

Keaton tomó su vial y tragó grandes cantidades de líquido dentro. Peter encendió el auto y comenzó a conducir, y Keaton tomó una botella de whisky de la guantera y la llenó. Peter condujo como si estuviera tomando el examen práctico. Ambas manos en el volante y mirando hacia adelante y cinco millas por debajo del límite de velocidad.

Un destello de luz golpeó de repente mi visión periférica. Era una luz amarillenta. Faros. Giré la cabeza y me llené de esperanza. No cualquier auto, sino que un auto de policía condujo por la carretera y vino detrás de nosotros. ¡Nuestro llamado al 9-1-1 terminó!

"¿Qué demonios es eso?", Dijo Keaton. "¿Es un policía?" Miró a Peter y luego a Billy. "Solo sé genial". Peter tenía el temor de Dios en sus ojos.

Me levanté de mi asiento y agarré el pomo de la puerta. Casi de inmediato, sentí el firme agarre de Keaton en mi muñeca. mierda. Lo agarró con ambas manos, luego soltó una y alcanzó mi cabeza. Me alejé desesperadamente de él, pero él agarró la punta de mi cabello, tiró con fuerza y ​​bajó la cabeza al suelo.

"¡Ayuda!" Grité, como si el policía me hubiera escuchado. Podía escuchar los gritos de Julie amortiguadas por la mano carnosa de Billy.

"Pasará", dijo Keaton. "Aquí, déjalos pasar. Jala, jala, jala. "

Podía sentir el peso del auto cambiando cuando Peter se detuvo al costado de la carretera. El siguiente sonido que escuché fue uno de los peores que tuve ya oído; El ruido del coche de policía que pasaba. La decepción y la desesperación que sentí en ese momento ... indescriptible. Me di cuenta de que el auto de la policía era más que probable que fuera un patrullero al azar, sin relación con nuestra llamada de emergencia fallida.

Keaton mantuvo mi cabeza en el suelo por varios momentos. Me dolía la columna debido a la incómoda posición en la que me encontraba. Peter suspiró aliviado. Tanto Keaton como Billy se rieron.

"A la mierda doce", dijo Keaton.

"¡Joder doce!" Billy repitió.

"Comienza a conducir de nuevo. Vamos a la cabaña. "

Peter obedece. Una vez que el auto se movió, Keaton me soltó la cabeza. Me recosté contra el asiento. Keaton mantuvo la cabeza vuelta y me miró un momento. Miré por la ventana y evité su mirada, pero podía sentir que ardía en mi visión exterior. Solo pensé en sus últimas palabras. Vamos a la cabaña. ¿Qué era la choza? Probablemente uno de sus pequeños lugares donde bebían y rodaban hierba y traían chicas. Y estaban trayendo algunas chicas allí ahora ...

Después de unos pocos kilómetros, Peter giró hacia un camino de tierra que serpenteaba por el bosque. El bosque estaba oscuro y los árboles se veían horribles, ya que el frío de enero los había despojado de sus hojas. Cada vez que pensaba que el bosque no podía ser más profundo, me equivocaba porque el automóvil seguía conduciendo por el camino. Debemos haber pasado por este bosque durante al menos cinco minutos. Quería abrir la puerta del auto y salir a correr, pero tenían seguridad infantil en la puerta.

"No hay mejor lugar para rodar cabezas que eso", dijo Keaton mientras nos deteníamos en un claro en el bosque.

En medio del claro había un granero en ruinas que debía de tener cien años. Era tan sombrío que las luces altas del automóvil proyectaban sombras macabras sobre él.

"Peter, sube el fuego", dijo Keaton. "Me estoy congelando el puto culo".

Cuando Peter giró la perilla, pude ver que su mano temblaba incontrolablemente. Pensé que tal vez podríamos llevarla a nuestro lado. Entonces sería tres contra dos y podríamos pasar y -

"D & # 39; acuerdo!" Gritó Keaton, sacando a todos de sus pensamientos. "Uh, Billy, puedes soltar su boca, nadie lo escuchará gritar".

Billy liberó su mano de la boca de Julie e inmediatamente comenzó a gemir, en vano pidiendo ayuda a quien Nunca ven. Aquí no.

Keaton parecía enojado. Respiró hondo y gritó desde lo más alto de sus pulmones. "¡Cállate!"

Julie se calmó un poco pero siguió sollozando. Keaton respiró, respiró hondo y sacudió la cabeza.

"Por el amor de Cristo", dijo. "Qué drama griego". Rebuscó en su bolsillo trasero, sacó una navaja grande y desdobló el brillante cuchillo de supervivencia que había mencionado antes. "Está bien, así que esto es lo que vamos a hacer".

"Por favor, vámonos", sollozó Julie.

Keaton la miró y se encogió de hombros. "¿Dejarlo? Usted es libre de ir allí en cualquier momento. Nadie lo detiene. ¿Verdad, Billy?

Billy asintió con la cabeza.

"¿Verdad, Peter?"

Peter asintió con la cabeza.

"Eres libre de irte", repitió Keaton.

Julie inmediatamente tiró de la manija de la puerta. Estaba cerrado, por supuesto. El pasador de bloqueo era el que se retraía por completo, por lo que era imposible levantarlo.

"¿Qué pasa?" Keaton preguntó retóricamente.

"Está cerrado", dijo Julie.

"Entonces, desbloquéalo".

"Yo no puedo."

"Hmm ... bueno, como dije, eres libre de ir cuando quieras. Mientras tanto, juguemos un juego para pasar el tiempo. Billy, ¿a qué deberíamos estar jugando?"

Billy suspiró, pensando por un momento. "¿Acción o verdad?", Preguntó.

"¡Bingo, Ringo!" Dijo Keaton mientras su rostro se iluminaba demoníacamente. Encendió la radio, hojeó las estaciones y aterrizó en la que tocaba la canción "Get Up" de James Brown. Keaton sacudió la cabeza hacia arriba y hacia abajo en un ritmo maravilloso, con los ojos muy abiertos y locos.

"Amigo, canción perfecta aquí", dijo Keaton. "Entonces ... genial. Bien, dejemos que Amy comience. Amy, ¿verdad o reto? "

Me quedé callado. La sonrisa de Keaton comenzó a desvanecerse lentamente en la dirección de un ceño fruncido que, no puedo mentir, me intimidó. Entonces hablé.

"La verdad", le digo. Debe ser mejor que atreverse.

"Atrévete, lo es", dijo Keaton.

"Dije" verdad "."

"Amy, te desafío a que salgas con Billy por treinta segundos".

"No"

Keaton sacudió su cabeza hacia mí, sonrió y agitó el cuchillo. "Uh-uh, uh-uh, esto es un desafío", dijo.

"Bueno, no lo hago. Olvídalo".

Keaton asintió y pensó por un momento. Miró a Billy. "Hola Billy", dijo. "Dame este pequeño cochinillo".

Billy le arrebató a Julie y la empujó hacia Keaton. Keaton envolvió su brazo alrededor de la garganta de Julie y le dio dolor de cabeza, pero no la estranguló. Solo lo agarré. Luego se quitó parte de su abrigo para que su hombro quedara expuesto. Il plaça le tranchant du couteau sur la peau de son épaule. Julie se tortilla un peu mais Keaton la tenait fermement.

"Maintenant, nous sommes prêts", a déclaré Keaton. «Amy, sors avec Billy. Trente secondes, c'est tout. Promettre."

Je ne bougeai pas. Je jetai un coup d'œil sur le côté pour voir Billy assis là avec un large sourire aux yeux collé sur son visage. Pas question que j'allais l'embrasser. En aucune façon.

Mes pensées ont été fragmentées par les cris soudains de Julie. Keaton fit glisser la lame sur la peau de son épaule et du sang coula le long de son bras. Je m'assis pour faire quelque chose mais Billy me raidit. Keaton a continué à traîner atrocement la lame sur l'épaule de Julie alors que ses cris sanglants remplissaient la voiture.

"D'accord, d'accord!" Ai-je crié. "Arrêtez!"

Keaton s'arrêta aussitôt. Julie sanglota tandis que des traces de sang coulaient sur son bras et dégoulinaient de son coude.

"Eh bien, qu'attendez-vous?", M'a demandé Keaton. «Embrasse le garçon. Regardez ce visage. Qui ne voudrait pas embrasser ça? »Keaton et Billy ricanèrent.

Je pris une profonde inspiration et grimaçai de dégoût. Je ne voulais même pas m'approcher de lui, mais je ne pouvais plus regarder Julie souffrir autant. Je me suis assis et j'ai plissé à contrecœur. Mais Billy n'a pas bougé. Il semblait attendre que je vienne à lui.

«Appuie-toi», a déclaré Billy, confirmant mes soupçons.

Je le dévisageai avec dégoût. Je ne pouvais tout simplement pas me résoudre à le faire.

"Vous voudrez peut-être vous couvrir les oreilles pour celui-ci", a déclaré Keaton. Sans prévenir, il passa sa main sur la bouche de Julie et enfonça le couteau dans son bras. Elle cria et se tortilla lorsque Keaton tordit le couteau dans son épaule. J'étais presque sûr qu'il coupait des os.

"D'accord! Arrêtez!"

Encore une fois, Keaton s'est arrêté sans hésitation. Il sortit le couteau de son épaule, ce qui fit un silencieux écœurant. Il garda sa main en coupe sur la bouche de Julie pour réprimer ses sanglots angoissés. "Tu vois?" Dit Keaton. "Tu joues bien, je joue bien."

Je pris une profonde inspiration et plissai et fermai les yeux et me penchai en avant. J'ai senti les lèvres de Billy toucher les miennes et il a commencé à baver sur toutes mes lèvres et à coller sa langue dans ma bouche. Le goût était un fort mélange d'alcool et de cigarettes. Ce fut trente secondes douloureuses. Keaton resta assis et gloussa sous son souffle tout le temps.

"Très bien, cela fait trente secondes", a déclaré Keaton.

Je me suis éloigné de Billy mais Billy a persisté, se penchant à chaque fois que je me suis penché. Keaton tendit la main et gifla Billy au sommet de la tête.

"Ça suffit, Billy", a-t-il dit. "Allez, c'est au tour de Peter."

Billy ricana et essuya la salive de son baiser révoltant. Je me sentais malade et je vomissais du goût qui persistait encore dans ma bouche et le ferait probablement pendant une semaine. Autrement dit, si j'ai survécu à cela. Peut-être aurais-je la chance de goûter n'importe quoi dans une semaine.

"Très bien, Peter," dit Keaton, "à ton tour. Action ou Vérité?"

"Euh ..." Peter nerveusement nerveusement secoué son cerveau pendant ce qui semblait être une très longue période. Il cligna des yeux rapidement et fréquemment et ses yeux dardèrent et zippèrent comme des colibris. Je ne pouvais pas dire s'il était extrêmement nerveux ou dérangé ou les deux.

"Alors, quel est le verdict?" Demanda Keaton avec impatience.

"Euh, la vérité," bégaya Peter.

"Chatte. «Kay, la vérité. Vérité, vérité, vérité… euh… avez-vous déjà eu des relations sexuelles auparavant? »Keaton et Billy échangèrent tous deux un regard complice et ricanèrent tandis que Keaton le lui demandait.

"Allez, les gars", a déclaré Peter. Il avait l'air mortifié.

"Peter, détends-toi", a déclaré Keaton. «Nous avons tout ce dont nous avons besoin. Nous avons deux filles dans la voiture, en ce moment. "

Mon cœur se serra. Je savais où cela allait, même si je ne voulais pas y croire. J'ai supplié et supplié de tout pouvoir supérieur (ou non) qui nous méprise. Je l'ai supplié de ne pas suivre cette voie.

"Non, Keaton", a déclaré Peter, secouant la tête et remuant avec ses doigts. "Allez mec."

"¿Qué?" Demanda Keaton, incrédule. "Peter ..."

«Non, mec. Tu vas trop loin. "

«Allez, Peter. Réfléchis avec ton peter. »Keaton et Billy ont eu un coup de pied dans celui-ci, et Peter a semblé aussi se retenir de rire.

Les paupières de Julie étaient lourdes et ses bras et ses jambes étaient mous. Elle s'est peut-être évanouie à cause de la douleur. Et les choses devenaient de plus en plus dangereuses. J'ai dû trouver un moyen d'échapper à cette voiture. Pour faire une course folle pour les bois. Aussi effrayant que cette forêt sombre paraissait, cela ressemblait à un jeu d'enfant par rapport à notre situation actuelle.

"Peter, je pense qu'il est temps", a déclaré Keaton. "Qu'en penses-tu, Billy?"

"Oui, Peter", a déclaré Billy, "vous avez 20 ans. C'est embarrassant."

"Lequel devrait-il obtenir?"

"Laquelle est la plus chaude?"

"Hmm ..." Keaton regarda d'avant en arrière, vers moi puis vers Julie puis vers moi à nouveau. Ses yeux se posèrent sur Julie.

"Je pense que celui-ci est meilleur", a-t-il déclaré. "D'ailleurs, elle ne se battra pas." Il se pencha vers l'oreille de Julie. “You agree?”

Julie didn’t respond.

“She agrees,” he said. “All right, Peter. Time to put some hair on your balls.”

Keaton opened the car door and dragged Julie’s limp and helpless body toward the open doorway. I looked into Julie’s half-opened and pain-filled eyes and I just couldn’t take it. This was my best friend. I could not let this happen.

Keaton climbed back into the car and reached for Julie’s legs. Now was my chance. I sprung forward and kicked like a mule. My foot made sweet contact with the side of Keaton’s face. His head bucked to the side and then snapped back to where it was before I’d kicked. His face crumpled up into a pained wince.

“FUCK!” he shouted.

Evidently, I hadn’t kicked him hard enough, because he sprang up from his seat and lurched furiously toward me. In the midst of the commotion, Julie rolled out of the car and fell to the ground. As Keaton clambered and clawed at me, Julie got to her feet and darted into the woods.

“Run, Julie!” I yelled. “Ru –

My words shifted into a gagging sound as Keaton slammed the palm of his hand up against my throat and squeezed.

“I’m gonna smack the fuck outta you!” he snarled. “Billy, grab her!”

Billy grabbed my ankles and I started to kick, but it was too late. He wrapped his arms around my ankles and locked them in a tight embrace. I couldn’t kick my legs, not even an inch. Keaton, meanwhile, choked the hell out of me and got right up in my face. His foul, alcoholic breath clouded my nose as droplets of his spit shot into my eyes.

“I would advise you to stop kicking,” he said. He stayed with his face right up to mine for a while. He removed his hand from my throat and backed away and climbed out of the car.

Keaton opened the glovebox and rummaged. He pulled out a roll of gorilla tape and tossed it to Billy.

“If she kicks, break her legs,” said Keaton.

Billy taped the corner of the roll to my ankle and then wrapped the roll around my heals at least seven or eight times. Shit, I thought. I’m really in trouble, now.

“Be back in a jiff,” said Keaton. “Peter, feel free to have your way with her. She ain’t kicking, anymore.” Keaton jogged off into the woods in the direction Julie had gone. As I saw him running, I compared it to the way I saw Julie run into the woods. She was hurt, but Keaton strode like a healthy buck. He would surely catch her. Keaton disappeared into the darkness just past the tree line.

The car was silent. Billy sat in the backseat and caught his breath. He popped a cigarette into his mouth and lit it and took a deep puff. Peter sat in the front seat and stared at the steering wheel with those doe eyes.

“Do you think h-he’ll…he’ll catch her?” asked Peter.

“Prolly,” said Billy as he inhaled a drag. “I wouldn’t sweat it. She’s hurt pretty bad and she’s delirious, too. He’ll get her.”

“What are we gonna do after that?”

“Prolly do her, too. After this one sittin’ next to me. Just gotta finish this cig.”

“But what about after that? W-won’t they, like, tell?”

“They ain’t tellin’ nobody.”

“H-how do you…how do you know?”

Billy motioned out the window. “You remember that pond back there? We went to it one time.”

Peter squinted. “I think so,” he said.

“We’ll chuck ‘em in there. No one’ll find ‘em.”

“Are you…are you sure?”

“Yes, Peter. Chill, goddammit.”

Billy finished his cigarette with slow and deep puffs. He was so calm as he did it. You’d think he’d done this before. Tortured women, I mean. He wrapped up his smoke and doused the butt in the ashtray. And then he turned his attention to me.

“All right, Peter,” he said. “Let’s get this slut propped up.”

“I don’t know, Billy,” said Peter.

“You don’t know what, Peter? This is why you’re still a virgin, bruh. You ain’t taking opportunities.”

“I guess.”

“You guess? That est why. You wanna do ‘er up in the barn? I guess that’s better than a cramped car.”

“Uh, yeah, sure.”

“Aight. Turn off the engine. Shut the lights off so the car’ll start.”

Peter took the key out of the ignition and shut off the headlights and hopped out. I patiently waited for him to open the passenger door. When he did, I immediately lurched forward and thumbed the bastard right in the eye. I felt Billy attempt to grab me but I was too fast. I scooted out of the car and hopped toward the woods. But my bounding was too slow. So I crouched down and used my free hands to try and peel away the tape. Easier said than done, and Billy was already sprinting toward me. I pinched the edge of the tape and tugged at it. It started to peel.

Billy slammed into me like a freight train. I let out a grunt as the wind left my lungs. I fell to the ground with Billy on top of me, one half of my face smushed into the dirt and the dry leaves.

“Why the fuck would you do that?” Billy asked. “You’re just making it worse for yourself, you little bitch.”

Billy got up and yanked my face off of the ground and dragged me toward the barn. Peter followed, still clutching his eye where I’d poked him. He wasn’t angry. He still looked like a frightened fawn.

The barn was musty and smelled like hay and had the grimness of a tomb. The floor creaked when you walked on it. Billy dragged me over to the wooden steps and then he and Peter carried me up the stairs like furniture. At the top of the barn, there was an open doorway—a balcony of sorts—that looked out at the forest. I thought of Julie and wondered if she’d been caught.

“Let’s get her pants off,” said Billy.

“How?” asked Peter.

"¿Qué?"

“Her ankles are tied up.”

“Yeah, we’re not gonna pull ‘em all the way off. Just down to, like, the knees. Not even cette far, honestly. Come on.” Billy circled around me and knelt down in front of my feet. His back faced the balcony.

“You hold her arms down,” said Billy, “so she doesn’t start thrashing.”

“What if she pokes me, again?” Peter stammered.

“Just cover your face. Punch her in hers. I don’t know, do something, Peter. Something besides scrambling around like a baby deer.”

Peter knelt down and reached for my wrists. I thrashed around and tried to hit him in the face again, but he was ready this time.

“Please, stop,” said Peter. “Stop struggling, please.”

“Peter, stop negotiating with her,” said Billy. “She’s a little monkey, just wrangle her. You don’t see a zookeeper trying to reason with the monkeys, do you?”

Peter caught both my wrists and then pinned them to the floor. He looked up and nodded to Billy. Billy crawled forward and grabbed at my waistband. And then I remembered I still had my legs. Billy crouched right near the wide-open balcony. It clicked in my head, and as Billy unbuttoned my pants, it was like an eclipse where the Earth and the moon and the sun all line up perfectly. I inhaled and tensed up and kicked harder than I’d ever kicked before.

It was beautiful. The way Billy bucked backward and flailed his arms as gravity established its dominance over him. He let out a frightened little squeal as he rolled back over the edge of the balcony and disappeared from sight and not a half-second later there was a wonderful thump y snap and then that was followed by Billy’s agonized squawks.

“Gah-ha-ha-ho!” Billy screamed. And he kept on screaming.

Peter got up and rushed over to the balcony and peered out. “Billy? Are you okay?”

I now had a shot at this idiot, too. I kicked hard but he must have saw it coming one second prior because he ducked and sidestepped it and rushed over to the stairs. Peter clambered down the stairs and I heard him rush out and start tending to Billy.

“Oh, god,” said Peter. “Oh, god. Oh, shit. What are we gonna do? Fuck!”

“I’m not fucking kidding, dude,” Billy groaned. “I think I’m paralyzed.”

As I peeled the tape off my ankles, I got a sort of sick satisfaction from hearing Billy’s agony. I only wished I could see him all injured and contorted right now. But there was no time to peek. Peeling away that tape was no easy task. Billy had wrapped me up good. I peeled and rounded my ankles about five times, and then the tape’s grasp was loosened. I yanked my ankles apart—which was a relief in itself—and tore the tape. I got up and headed toward the stairs.

“What the hell is going on?”

I recognized that voice. It was Keaton, back from his little hunting trip. I listened closely. I had to know what went down.

“Jesus, Billy,” Keaton said. “What the hell happened?”

“She…she kicked him,” Peter stammered. “She k-kicked him hard.”

“Kicked him? What the fuck happened?”

“She kicked him and h-h-he…he fell off the barn.”

“Christ alive. We tape her legs up and you still can’t handle her? You guys are a bunch of assclowns. Where is she?”

“She’s…she’s up in the barn, still.”

I winced as I heard crunching leaves and then creaking noises downstairs as Keaton entered the barn. He began whistling at me like a dog owner.

“Amy?” he taunted. “Amy, darling? It’s Keaton, your boyfriend. You still upstairs?”

I held my breath so he wouldn’t hear my panting. I kept silent and hunkered in the corner by the stairs. I didn’t dare move a muscle. Even a slight shift of weight would cause one of the floorboards to shriek.

“Amy? I’m coming up, okay?”

I cupped my hands over my mouth. My peepers felt the size of softballs. And then I very nearly leapt from my skin as I heard the bottom step let out a shrill whine. There was silence for a moment. Then the second step squealed. Keaton’s ascension of the stairs became a slow but steady rhythm like the swaying of a rocking chair.

Creak… Creak… Creak…

I had to come up with a plan and had very little time to do so. I remembered the stairs. How many steps were there? Twenty? Twenty-four, maybe? Keaton had covered about five. I wished I had something to whack him over the head with and send him plummeting down those stairs.

Creak… Creak… Creak…

He was at step number eight, now. Maybe nine. I had to think on my feet. I’ll throw myself at him. I could shoulder check him real hard and knock him off balance. The stairs were steep. More so than your average staircase. If you tilted back there’d be no catching yourself, no railing to grab onto. Nowhere to go but down.

Creak… Creak… Creak…

I kept count. I reckoned it was twelve steps. He was certainly on the second flight by now, on an upward trajectory to the second floor.

Creak… Creak… Creak…

I’d surely be seeing that good ol’ boys hat pop up at any moment. I clenched my teeth and got ready to barrel into this psycho.

Creak… Creak…

And then the silence came. Pure silence. Deafening silence. He had come to a halt. Why did you stop? He must have been assessing the second floor from his vantage point. If he could see most of the second floor, he could see that I wasn’t there. And if he could see that I wasn’t there, he likely knew I was hunkered in the corner.

More time passed and the silence continued and my ears rang and I thought I might go nuts. I listened closely and I was fairly sure I could hear his breathing. It was steady and very calm. Inhumanly calm.

My ears picked up a small shuffling sound and my eyes caught a brief fluttering movement, but it happened so fast that, before I knew it, Keaton’s hand was reaching up from the staircase and had a firm grasp of my ankle. I screamed as his other hand emerged from below, the knife in ses grasp.

“Oh, Amy!” he yelled. “You are my kinda girl! Hard to get, hard to get!” He laughed like some crazed clown as he thrust the knife forward. The blade came within an inch of my ribs and I felt the dull edge graze my side. That was as close as close could get. I bucked and kicked and tried to crawl away, but his grasp was tight.

“I thought we were bonding, Amy!”

He thrust down with the knife and this time it sliced the back of my hand. I knew it had happened but it was like I barely felt it. The adrenaline surged through me and told me I hadn’t the time for pain. Fine, I thought. If I can’t pull away, I’ll go toward you.

I felt Keaton tug on my leg and this time I went with the current, so to speak. I used his strength against him and thrust my foot forward. My foot made contact with his shoulder. The combined effort of my kick and his own tug was enough to send him falling back. He released his grip and tripped down several stairs and let out a low groan.

I leapt to my feet and without pause I shot toward the balcony. I didn’t think of whether or not I’d make the jump because I had no choice. I ran to the edge and took the leap of faith and felt the wind comb my ears as I plummeted to the ground.

I landed on my feet and sharp pain shot up through both ankles. I stumbled forward and fell to my hands and knees but quickly got back up. I glanced back long enough to see Billy lying there on the ground silent. His spine was twisted and mangled and his wrists were bent like a praying mantis. I was no expert but Billy was going to be relieving himself into a bag for the rest of his life.

And in all this time I had forgotten Peter. Before I knew it I ran straight into him. He caught me by both wrists. We were now face-to-face and I could see that doglike expression still lingered in his eyes.

“Just stop!” he shouted. His voice was like a beggar. “I don’t wanna hurt you!”

I wrenched my right wrist from his grasp.

“Stop!” he shouted. “Just sit down and we can –

His words morphed into shrill squeals as I jammed my thumb right in his eye and this time I didn’t let up. I reckoned it was the same eye that I’d poked moments earlier. I pushed and twisted and leveraged my thumb around and I was pretty sure I felt his socket. The only thing that made me stop were Keaton’s footfalls behind me. Time to go.

I yanked my thumb—now moist with eyeball juice—from Peter’s eye and shot toward the woods. Keaton’s footfalls were now crunches so I knew that he’d exited the barn.

My legs became a separate function from the rest of me. That’s the only way I can describe it. They were like the wheels of a car that carried me where I needed to go, and fast too. I ran with my fingers pointed upward and slicing the air. The way Tom Cruise runs. My eyes had adjusted to the dark by now. They’d adjusted well. It was almost like daytime. I had the moon to thank for that, too.

After a while I realized that Keaton was no longer behind me. Granted, I was stuck out in this forest alone in the dark but I still felt relief. That maniac wasn’t there anymore. And then I grew concerned as I thought of Julie. Wondered what had happened to her. If she’d gotten away or if Keaton had captured her or…done worse.

I kept on the move and steered clear of the path we’d used to drive into the woods. Time passed and my ears felt like they’d crack off from the cold. I must have been close to the road by now. I figured I’d flag down a car and get some help. At the very least I’d remain in hiding in the forest. But that wouldn’t help Julie, now would it…

I suddenly heard the rumbling of a car engine behind me and saw the tree trunks around me grow slightly illuminated. I dropped to the ground and rolled behind a tree. I glanced back to see high beams making their way through the forest. It was them, alright. And then that damned cadillac did the worst thing it could possibly do. It stopped. I lowered my face to the ground and shut my eyes tight and prayed for the best.

I heard two car doors open and shut, and then I heard Keaton say “I just saw her. Swear to god, I did.”

“Really?” asked Peter.

“Yes, really. She’s over there, in that direction. She’s hiding.” Keaton spoke in such a mischievous tone. This really was just a game to him.

“I know you’re out there,” said Keaton. “Oh, hold up. I think I see her. Look, look, look. You see her head peeping out, over there?”

Shit. I tensed up and lay there so still that I felt paralyzed. Took extra care not to twitch even a muscle for fear that it would cause a few dead leaves to crackle. I heard two separate pairs of feet crunching through the leaves and the crunching got louder and closer.

“Yeah, there she is,” said Keaton. And then he raised his voice a tad. “Hey, Amy? I know that’s you.”

Time to go. I sprang up and bolted into the darkness of the forest and I immediately heard my pursuers break into a run. I felt pain shoot up through my ankles, probably from my eccentric leap an hour before. Not now, I told myself. I commanded my heels to stop with the pain and they obeyed momentarily. But those crunching footfalls behind me were getting close. I made the mistake of glancing over my shoulder and when I did I saw Keaton moving like a roadrunner, his scrawny frame almost aerodynamic. It was dark now and the faint rays from those high beams outlined Keaton’s grisly silhouette. When I turned my head forward again I saw a dark void—a pit—in the ground and then immediately felt a great shift in weight as gravity yanked me downward.

I fell into what must have been a dried up pond, maybe seven feet deep. Eight perhaps. However deep this pit was, it was enough to knock the wind from my lungs when I hit the ground. I groaned as I lay there in the soggy leaves. One of my ribs throbbed and I was certain it’d popped out. Though my ears rang I could hear Keaton’s sinister snicker just above me.

“Whoa, took a little tumble, eh?” he said. “That’s what happens when ya run in the dark. What a klutz. What a damn klutz.”

I rolled on my back and looked up to see Keaton and Peter stand at the edge of the pond and look down at me. Keaton giggled and pretended to try and shove Peter off the edge. I was so tired and in such pain and so fed up with all this that I wanted to die in that moment. I pushed and pushed to try and speak but my lungs would not allow it. I heaved but wasn’t granted the ability to inhale. This happened twice more and then I could breathe again and I could utter words that came out in weak grunts.

“P-P-Please,” I uttered. “P-Please just…just k-kill me.”

“Come on, Amy,” Keaton replied. “Don’t take the coward’s way out. You’re better than that. Besides, we still got more to do. Peter, let’s get her outta there.”

I sat in the backseat of the cadillac with my ankles and wrists duct taped. Before I knew it I was seeing that sinister shack once again, along with those tree shadows that casted themselves upon it. The only thing that was different from last time was that Billy no longer wriggled in agony on the ground. He was nowhere in sight.

“We’re ba-aack,” Keaton said as he smirked at me and bounced his eyebrows maniacally. He frowned and turned to Peter. “Turn the engine off.”

The two dragged me to the shack and when we entered I could hear faint grunting noises coming from the corner. Female grunting noises. It was Julie. She was hogtied with duct tape and her mouth was taped, too. I sobbed a bit when I saw her like this, treated like an animal.

“That’s sweet,” said Keaton. “Here. Go sit next to your friend.” He shoved me to the floor so that I lay next to Julie. I placed my head on her shoulder to try and comfort her and she nuzzled me to reciprocate.

Keaton walked to the back of the barn and took out his lighter and lit a single candle and set the candle on the floor in the center of the room. The candle’s flickering made his shadow dance on the walls and ceiling of the shack. He plopped down with his legs crisscrossed and let out an exhausted sigh.

“Whoo, man,” he said, “glad we got that outta the way. Got a little sketchy there, for a minute, but we’re back on track. Peter, get your ass over here.”

Peter stood sheepishly in the corner but obeyed Keaton and came and sat down next to him.

Keaton clapped his hands and rubbed them together. “Okay, now we can start. Donc, Truth or Dare was a mild success. What should we play, now?”

Silence filled the room. Peter stared off into space as he nibbled on the tops of his fingers. Then Keaton patted the side of his face to get his attention.

“Hey, talking to you. What’s another game we can play?”

“I don’t know any,” Peter replied.

“Christ alive.” Keaton pondered for a moment and then snapped his fingers. “I got it. Look at us, the way we’re sitting.” He looked at Peter and Julie and I like we were supposed to respond. Then he gave up. “Spin the bottle! Let’s play spin the bottle!”

“Yeah,” said Peter. “Th-Th-That…that’s…yeah, we can play that.”

"D'accord. I’ll use my knife as the bottle.”

Peter immediately perked. “Are you sure that’s a good i –

“Shut the fuck up, Peter. They’re tied like a couple of oinkers.” Keaton pulled out his knife and placed it in the middle of our little four-way. “Alrighty, who wants to spin?” He looked at Julie and I in a rhetorical fashion. “Guess you gals’ll sit this one out. I’ll spin the bottle since you are…encumbered.” Keaton placed his fingers on the middle of the knife and spun it.

The knife whirled like an airplane propeller and then slowed and stopped. The blade was pointed at Peter and the handle pointed to Julie.

“Alrighty,” said Keaton. “Peter and Julie, you lovebirds are up.”

Peter stared blankly. “F-For…for what?”

“Don’t you wanna pop that cherry?”

“I’m not really…feeling like that.”

Keaton rolled his eyes. “Well…then pop another cherry.”

“What do you mean?”

“I mean, stick something else in her.” Keaton motioned to the knife. “Peter, you gotta break some new ground, tonight. Ain’t this the whole reason you and me and Billy came out tonight? To have a time, to try new shit, to step outta your comfort zone. Droite?"

Peter nodded.

“So what are you waiting for? Pick up the fuckin’ knife, Peter. Faire quelque chose. "

Peter gazed at the knife for quite some time. Julie started to grunt and groan and weep. Peter reached for the knife and placed his hand on it and then scrutinized it with doe eyes for a little bit longer. Then he picked up the knife and crawled to Julie. Keaton casually popped a cigarette into his mouth and lit it and took a deep puff. He didn’t pay too much attention to Peter.

Julie’s grunts and groans got louder and more frantic as Peter slowly raised the knife. It wiggled in his trembling hand.

“Now?” asked Peter.

“Yes, now,” said Keaton as he stared off into space.

I rolled onto my side to look away. Just as I did, I heard a sickening stabbing sound. Julie’s muffled wails followed. I had no idea where she was stabbed. It was too horrible to look. I shut my eyes and listened to her suppressed screams and her frantic but useless thrashing.

I heard Keaton blow a puff of smoke and then say “Hit her again. In the chest.”

The sounds I heard next came in a horrifying sequence; Peter removing the knife, then silence, then another stabbing sound…and then deathlike silence. No more screams, no more stabs. Total emptiness.

Keaton did a slow clap. “Bravo. That was great, Peter.”

Morning’s very first pale light began to peek up from behind the horizon. I lay in the back of the cadillac with the unbearable knowledge that Julie’s corpse was in the trunk. Peter drove along a gravel path even deeper in the woods than the shack, and Keaton sat smoking cigarettes in the passenger seat and said something about dumping us into a pond. The one Billy had mentioned earlier.

As I lay there I thought of everything. I thought of Julie and how she’d gone so young and how her mother and father would handle her passing. I thought of my mom and what the news of my own death would do to her. I wondered if she’d ever get over it. Probablement pas. I laid my head back and sighed and gradually came to a sort of peace as I looked back on my life and decided I’d lived it to the fullest of my ability. It was short, but it was well-spent.

And then I caught something glistening in the corner of my eye. It was under the passenger seat and the end of it was visible. I scrutinized for a moment to try and figure out what it was. And then it hit me. It was the multitool that Peter had dropped—followed by Keaton saying forget the fucking multitool—earlier in the evening.

I was suddenly no longer at peace. I had a chance! A chance to live! I slowly and quietly (but still purposefully) pivoted my hips and reached out with my bound feet. I placed my heels down onto the multitool and dragged. The multitool didn’t budge. I placed my heels down again and pressed harder and this time, when I dragged, the multitool was moved by my feet. Sí. Please, god, please! I pulled the tool closer and closer until it was parallel with my shoulders. Now came the hard part; actually getting the tool into my hands without alerting the lunatics up front.

I wormed a bit closer to the edge of the seat. This would take some flexibility and I thought I may even have to dislocate a shoulder to reach it. I hoped not. My bound hands now hung off the edge of the backseat. I bit my bottom lip and stretched both arms and wiggled my fingers toward the multitool. The tip of my middle finger just grazed the top of it. I was maddeningly close.

My heart ceased a moment as Keaton glanced at Peter. Surely I was in his peripheral vision. If he glanced back at me, he’d certainly put the pieces together and his suspicion would grow and he would eventually scrutinize long enough to unveil my scheme. I slowly retracted my hands back up to the seat. No sudden movements. I didn’t want to alert him.

Keaton fait glance back and smirk at me. I held my breath as he did this, tried to look as frightened and hopeless as possible. Please turn back around. Turn back around and light up another cig. After a few unbearable moments, he did turn back around and he fait light up another smoke. This was the best chance I was going to get.

I wriggled closer to the edge of the seat so that half my body hung off the seat. I stretched with more intensity than I’d ever stretched before. My fingers tapped the edge of the multitool and even moved it a bit. Don’t push it further away, you imbecile, I told myself.

I stretched farther and harder. The fabric of my muscles felt like they’d rip at any given moment. My fingers danced around the multitool as they desperately attempted to grasp it. I was so close and for a moment I thought I might scream out with uncontrollable frustration. Hold it together, this is your one shot. Don’t wanna end up in a ditch, do you?

My eyes went wide as I felt the multitool flimsily positioned between my index and middle fingers. j'étais ne pas going to let go. No force on this earth was going to get my fingers to loosen their grip, weak as it was.

I rotated the multitool and my fingertips searched for the knife that was surely folded within. I found the little ridge that one uses to grip and unfold the blade from its resting place, and I wedged my fingernail into the ridge and pulled. I was careful to prevent the knife from making a click once it fully unfolded.

The knife was out. Now to cut myself loose. I gripped the knife and sawed away at the first layer of tape. This gorilla tape was firm. But I was more determined than it was. Though the muscles and ligaments in my fingers and wrists burned like furnaces, I kept cutting away. My fear and my determination gave me superpowers. My mind already laughed maniacally at the thought of my imminent escape. The tape was now halfway gone.

“The hell’s that sound?” Keaton blurted.

My heart sank. Keaton glanced around the car like a bloodhound that had caught the scent of a deer. I wasn’t sure if I should speed up my cutting or stop completely. I chose to speed it up. If he looked down, he would see the knife, and my escape would be put to an end.

Keaton followed the sound of my cutting and his eyes drew downward and rested on the sight of my hands sawing away at the tape.

“The fuck’s going…” Keaton trailed off as his eyes adjusted in the darkness. “Fuck!” He reached for the multitool…

…just as I cut free from the tape. I sprang up as if back from the dead and raised the knife and plunged it down into the side of Keaton’s neck and pushed the blade deep and then twisted. A scream erupted from his throat and then transitioned into a gargling noise.

I felt the car jerk and then swerve as Peter panicked in the front seat. "Quoi? Quelle? What’s going on? What’s happening?!”

As I twisted the knife deeper into Keaton’s neck, hot blood sprayed out onto my face and in the other direction onto Peter’s face. The car’s swerving grew wilder and then it swerved off the path and hit a bump and hopped off the ground for a second and then crashed into a boulder. Peter’s head shot forward and slammed into the airbag. Keaton, the knife still stuck in his neck, flew forward and hit the dashboard. I hit the back of the passenger seat and that rang my bell. I faded out for thirty seconds or so. Maybe a minute.

I opened my eyes and the first thing I saw was Keaton lying against the center console with the knife still sticking out of his neck and streams of blood flowing from both corners of his mouth. Peter was out of sight and the driver side door was open and when I peeked outside I could see him crawling along the ground at a turtle’s pace.

Keaton’s left eye was beet red, completely filled with blood. His hat had been knocked off his head and I realized this was the only time I’d ever seen him without it. I couldn’t tell if he was dead or if he was staring at me, and then he blinked slowly. His mouth turned upward into a wicked grin. When he spoke, his voice was low and raspy and distorted—something I assume was down to his vocal cords being sliced—and it sounded satanic. Strange noises would emerge from his throat when he spoke and his warped voice would double and triple.

“Amy, you dirty girl,” he hissed. “I gotta hand it to ya.”

“Shut up,” I said. “Shut the hell up, right now. You’re gonna burn in hell.”

“I’ve always been there, Amy. I’ve been there since the day I was born. I don’t walk the earth like you do. I walk the spirit world, Amy. The spirit wo –

A cough emerged from his throat and interrupted him and when it came out so did little wads of dark blood. He took a deep breath and looked me right in the eyes. “Be seeing you…Amy.” His head dropped back and his jaw fell open and I saw that he was dead. Forget the fucking multitool. Those words ended up being the most ill-judged he’d ever spoken.

I climbed out of the car and almost tripped as I realized I had yet to cut the tape from my ankles. I did so and then I looked to the forest to see Peter still crawling through piles of dead leaves. I approached him and when I got to him I could hear his sniffles and whimpers and agonized groans.

“Sucks, doesn’t it?” I asked him.

“I c-can’t feel my legs, Amy,” he replied. “I-I think w-we hit…hit a rock, or something.”

“Yes, yes we did.”

“I n-need m-m-medical attention. I n-need an ambulance.”

“Yes, yes you do.” I paused for a moment and savored the weasel’s suffering. “Goodbye, Peter.”

I walked off through the woods and toward the road, following the path that the morning sun now kindly lit for me.

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Credit: Jake Wiklacz (Official Website • Facebook • Amazon • Creepypasta Wiki)

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